Sunday, November 27, 2005

Surtidora de atracadores

Con sus dedos grasientos coge el cuero tostado de la pechuga del pollo que ordenó, lo lleva sutilmente a su boca, sus ojos están concentrados en el televisor que presenta en éste preciso momento los últimos detalles del reinado de Cartagena. Casi mecánicamente se limpia la mano para que no se le resbale el vaso de Colombiana, y aprovecha para ponerse el auricular y sintonizar Planeta Fútbol de Antena3. La Surtidora de Aves está casi llena, ya hay gente presionándolo alrededor para que coma más rápido. Lo agobian. No importa, le quedan 3 presas todavía y no se quiere perder el final de los secretos en la televisión antes de salir de la pollería. Una mirada a la calle 39 para recordar que la noche anterior le robaron a dos cuadras de ahí los papeles, ya lo habían chalequeado dos veces éste mes sin embargo los malandros sólo se habían apoderado de su dinero. Bebe de nuevo y se estremece “Pueda ser que a la entrada del estadio no me pidan la libreta militar”, perderse el clásico contra Santa Fé sería la peor noticia. Ya el “Ciego” Carlos Antonio Vélez le anuncia la formación titular de su Millonarios, sólo le falta terminar el aguacate. A su mesa ya se han sentado 3 personas para guardar el puesto, lo miran con tantas ganas que el ambiente sería menos agresivo si utilizaran las palabras. Por fortuna el tuerto de la esquina al que le compró el aguacate se le olvido partirlo, no le queda de otra que meterlo en la bolsa plástica. Antes de salir se lava las manos, se mira al espejo, quiere peinarse antes de salir a la calle sin embargo también le robaron la peinilla que llevaba en el bolsillo trasero. Sale del local, y se pregunta por primera vez porque siempre entró a la surtidora de la izquierda y no al de la derecha. Pregunta inoportuna quizás estúpida, ya el tuerto de la esquina ha sacado su cuchillo que además de otras cosas más sórdidas sirve para cortar aguacates. Pasa rápidamente por el motel de al frente donde es recepcionista por la noches, pide a uno de los empleados travestis que le preste para el transmilenio y la boleta del estadio sin embargo sólo le presta 4000, los domingos no hay ni un alma. Maldice a los atracadores de ayer, le hacen falta 10000 para completar la boleta. El tiempo corre, por la radio ya están entrevistando a los jugadores y por nada del mundo se perdería la salida de los equipos. Pregunta al vigilante de los carros, que de noche es un reconocido atracador, un inquilino habitual de la Modelo. Es paisa, hincha de Nacional sin embargo si le fue bien en la noche pasada sin duda le fiará el dinero. Le pregunta, está apurado, el paisa le sonríe y el sol capitalino hace brillar sus dientes plateados. El bochorno se hace insoportable, el paisa recibe de un conductor una moneda de 500 pesos. Hinchas de Millonarios que ya se van al estadio parece decirle. Le da los 10000 pesos, y cuando ya iba rumbo al Transmilenio a la altura de la bomba de gasolina, el paisa le chifla. Sin esto no podrás ir ni entrar al estadio, hoy es clásico, le dice entregándole la libreta militar y la cédula. No le pregunta nada, es más ni se le pasa por la cabeza indagarlo, sonríe y sale corriendo hacia el transmilenio que ya va llegando. Se sube al bus, ya conoce al policía Bachiller que lo vigila, prefiere mirar al cerro de Monserrate, hoy no reza porque le vaya bien en el atraco, eso será para mañana lunes, en esta tarde dominical se echa la bendición para que su Millonarios gane: le fe de los atracadores. El bachiller lo vuelve a mirar…no lo reconocerá al día siguiente.

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